jueves, septiembre 06, 2007

Cupido canino

De como la tecnología va cambiando los códigos y la forma en la que se levantan minas (y tipos también)

Sábado por la tarde, soleado, primaveral. El escenario ideal para ir a tomar unos mates al parque España de Rosario, y allí nos dirigimos mi mujer, mi hijo, nuestra mascota y yo por supuesto.
Habíamos posado nuestras nalgas en esos bancos de cemento que están frente a la entrada del club Mitre de pescadores, un poco mas arriba del parque España propiamente dicho, a unos metros del bar situado en Entre Ríos y la avenida costanera. Mucha gente iba y venía, grupos de muchachos y chicas tal vez demasiado bien vestidos para dar un paseo por el parque, muchos paraban a tomar un trago en ese bar situado en Entre Ríos y la costanera.

Llevábamos algún tiempo ahí cuando apareció un can que parecía perdido. Se trataba de una perra cocker de pelaje ceniciento que llevaba identificación en el collar. Pensé que si no actuaba rápido el animalito sería raptado dado que a la gente le gustan los perros de raza por el solo hecho de ser de raza. Sin la menor resistencia de su porte tome la y vi que era lo que decía su identificación, a la sazón una chapita de bronce con forma de hueso con el número de teléfono celular del dueño; "Chabela" la llamaba este. Tomé el teléfono móvil de mi mujer y envié un SMS a dicho teléfono preguntando 'se te perdió el perro?'. No recibí una respuesta inmediata, la perrita desapareció de mi campo visual y acabé por olvidar el asunto.

Dimos algunas vueltas por el parque hasta que en determinado momento estando nosotros pasando nuevamente por el ese sitio donde encontré a la perrita perdida y volví a verla justo ahí con lo cual intuí que tal vez el dueño debía andar cerca. Revisé nuevamente el teléfono por si habían respondido el SMS que había enviado antes pero en su lugar encontré un llamado perdido del número que figuraba en la chapita de la perrita. Devolví la llamada a mi vez y la persona dueña del perro contestó; se trataba de una mujer joven a juzgar por la voz. Le expliqué la situación y ella dijo que estaba sentada en una de las mesas del bar que tenía frente a mi y que el animalito no se había perdido sino que estaba suelto para que caminara a sus anchas y que gracias igualmente. Esta persona en ningún momento se hizo notar entre las mesas, algo que me pareció al menos descortés.

Seguimos andando por el parque.
Cuando nos encontrábamos ya lejos del lugar donde sucedió el episodio del perro supuestamente perdido tomé el teléfono móvil de mi mujer para ver la hora y vi que el aparato indicaba que se había agotado el espacio para recibir SMSs con lo cual borré los mensajes anteriores para que entraran los nuevos.
Aparecieron dos mensajes de la dueña de la perra que yo no había visto. Uno databa de pocos minutos después de que yo enviara mi primer mensaje. El segundo databa de unos minutos después de haber hablado con ella por teléfono frente al bar.
El primer SMS decía textual "es perra, como la dueña, quien mierda sos" haciendo alusión a que mi primer mensaje preguntaba por un perro perdido y no por una perra. El segundo mensaje decía textual " disculpame gracias igual". En medio de ambos SMS esta persona hizo la llamada que yo luego respondí.

Esto me dejó perplejo. Me pareció, y a mi mujer también, que a pesar del agresivo tono del primer mensaje había una intencionalidad de iniciar algún tipo de conversación que por el tono parecía de galanteo. La impaciencia habrá llevado a la esta persona realizar un llamado que yo devolví estando yo colocado físicamente en donde esta persona podía verme junto a mi esposa, hijo y mascota. De esa forma habrá descubierto que mi idea no era intentar entrar en conversación sino realmente devolver al animalito supuestamente perdido y por eso se rectificó con su segundo mensaje pidiendo disculpas.

Creo adivinar que la estrategia de esta mujer para conocer hombres consistía en dejar vagar libremente al can como portador del mensaje de amor, un Cupido peludo y cuadrúpedo, para que un varón en disposición galante recoja el teléfono de la chapita del collar del can y establezca la comunicación correspondiente. De paso, desde su mesa en el bar ésta mujer podía relojear la pinta del varón que se presentaba y podía elegir si continuar o no la cosa. Esto mismo ocurrió conmigo, cuando me vio de pié frente al bar con mi familia y no se identificó entre las mesas del bar, se había dado cuenta de que mis intensiones era nobles y sinceras.

Ya me parecía que tanta gente tan vestida un sábado a la tarde en un bar era raro, pero mi mujer fue tajante: "todos vienen de levante", en especial porque se trata de un paso especial para los turistas. Y agregó: "otra mujer te habría hecho un escándalo" por andar de levante, supongo. Lo creo.

Hace algunos pocos años atrás, digamos tal vez 5 años, buscar novia requería tomar coraje y dirigirle palabras a una dama cara a cara, realizando el típico cortejo del varón, siempre previsible pero necesario. Nuevos códigos han surgido al rededor del uso masivo del teléfono móvil que hacen que las personas ya no se encuentren cara a cara sino que a distancia se examinen como objetos en una vidriera. Una aparato tan útil como el teléfono celular está destinado a mantenernos mas y mejor comunicados, pero a la vez contribulle a un mayor aislamiento y despersonalización de las relaciones humanas. Alienación y aislamiento, el ser humano pierde su corporeidad y se vuelve para los demás una secuencia de números que identifican una línea de teléfono celular móvil.

miércoles, julio 18, 2007

Inferioridad de condiciones

Mi mujer está embarazada de 8 meses y medio al momento que escribo este relato.

Me había comentado ella que al intentar viajar en colectivo en Rosario, nadie le cedía el asiento cuando ella abordaba a un coche. Ni el chofer lo pedía por ella tampoco, tal como corresponde por ordenanza municipal, ya que los primeros asientos de la hilera doble son para personas con dificultades para moverse, discapacitados, embarzadas, etc. Ella se avergonzaba de la situación y prefería viajar de pié. Conforme la pansa fué tomando volumen y se hacía mas evidente, el los viajes en colectivos se hacían mas peligrosos con lo cual ella decidió optar por no tomar mas colectivos en horarios pico.

Me costaba creerlo. "Si le reclamás al chofer, tiene que hacer que te cedan un asiento, es una ordenanza", le decía yo. Ella no quería crear una situación violenta en el colectivo, aquellos que viajan saben perfectamente que deben ceder el asiento, y no lo hacen, "es vergonzoso" me decía.

Un domingo por la tarde tomamos la línea 142 que conecta zona oeste con el centro de Rosario en dirección al centro. El coche venía semi vacío y encontramos dos asientos contiguos en la hilera doble, tercera fila.
Sentado ahí comencé a observar como subían mujeres embarzadas, ancianos, personas cargando niños, y nadie les cedía el asiento. Indignado al ver que los ocupantes de las dos primeras filas delante nuestro miraban al techo, cedí el asiento a una mujer que cargaba a un bebé. A mitad del recorrido esta persona descendió del coche y volví a sentarme junto a mi esposa. A las pocas cuadras aborda el coche una mujer embarzada, y acontece la misma situación, y nuevamente me veo obligado a ceder mi asiento con verguenza agena.

Podemos quejarnos mucho sobre lo muy malos que son los servicios de transporte público en nuestras ciudades, de la corrupción de los funcionarios, de la decidia de los empleados, de los malos tratos, de la mugre, de los retrazos, pero estas faltas de cortesía son cosas con las cuales los usuarios nos agredimos mutuamente.

Desconozco que pasará por la cabeza de alguien que sabiéndose en el deber hacer un mínimo gesto como el de ceder una butaca (que no es de su propiedad) en un colectivo igualmente no lo hace. Se trata de una cuestión de solidaridad; lo que establece la diferencia entre una comunidad y una orda es la atención que nos dedicamos los unos a los otros. Si las agresiones aumentan y superan a los gestos de cortesía, es señal de que algo anda mal. El avasallamiento de los derechos que las personas en inferioridad de condiciones tienen como propios y naturales es muy frecuente en nuestra sociedad: ancianos a quienes el sistema previsional no sostiene con dignidad, niños que son utilizados y/o abusados por adultos, discapacitados que no pueden moverse con libertad en las ciudades por falta de instalaciones, se han vuelto moneda corriente en nuestro país. El hecho de que observemos esto con indiferencia es un síntoma de nuestra pronunciada decadencia y enfermedad en cuanto a sociedad.

Desde este pequeño lugar hago votos porque comencemos a cambiar nosotros primero para mejorar nuestra calidad de vida.

martes, julio 03, 2007

Fauna del subte

por Alberto Panduro - corresponsal en Buenos Aires capital del Caos

La inclemente campanilla del reloj despertador y las millones de agujas del frío. Una entrada a un túnel en el piso succiona a las gentes y de repente aparecenmos disparados por los túneles del subte, las luces pasan por a nuestro lado con monotonía, por una bifurcación del túnel aparece una marea humana que ha bajado de otro tren, muchos se unen a nuestro recorrido.
Aire enrarecido como el aliento de alguna criatura subterránea, aire caliente en pleno invierno, el subte tiene su propio microclima que se manteniene inerte todo el año merced de la falta de ventilación adecuada, los equipos eléctricos, la estrechez de los pasillos y los millones de pares de pulmones que luchan a diario en su interior.
Sobre el andén, indefectiblemente todos pisan la línea amarilla y se balancean dormidos. Una nueva formación que inicia su recorrido los roza y los acaricia con un viento; las puertas se abren y todos entran en tropel, codazos, pisotones y empellones son válidos para hallar en donde colocar el trasero.
Se pone en movimiento el tren y en la siguiente estación nos espera un espectácula muy similar, solo que ahora son muchos mas los que quieren subir y el espacio es menor. El estrecho andén queda vacío y sus mosaicos lustrosos y pulidos por millones de suelas durante años; volverá a llenarse con otra marea en humana en cuestión de segundos.
Rostros compungidos entre el sopor y el aire malsano que estacíón a estación se enrarece, se apretan contra puertas, vidrios y parantes. A pesar de todo muchos se dejan vencer por el sueño y realizan una corta siesta que al menos durante algunos minutos los transporta a otro lugar, mejor, hemos de suponer.
El tren se mueve graciosamente por el túnel y se descomprime, habiendo algo mas de espacio comienza el comercio. La variopinta fauna de vendedores, mendigos y artistas que habita estos túneles aborda el tren, en ocaciones de a varios por estación.
Alguien que vende pañuelos descartables deja un paquete del artículo en la rodilla de cada pasajero sentado, muchos de los cuales no llegan a enterarse debido a duermen en ese momento. El artículo es retirado en una segunda vuelta sin novedad.
Un ciego aborda el tren y tras repetir su letanía, comienza a deslizarse por el bagón el cual parece conocer como si fuese el living de su casa. Al llegar al otro extremo se baja en la estación que siguen y camina por el andén para tomar otro tren en sentido contrario, todo esto sin guía y en mas negra oscuridad.
Un payaso salta dentro del coche y comienza a contar chistes. La rutina se repite dia tras día y termina en una triste autojustificación que en todo contrasta con su hilarante anterior discurso.
Niños pequeños de la mano de su padre infectado de HIV, personas mutiladas en accidentes, liciados en silla de ruedas, ninguna barrera arquitectónica los detiene en su afán.
Un mago que realiza asombrosos trucos y hace las delicias de los pasajeros por monedas, en asombroso equilibrio por los vaibenes y sacudidas de vías en mal estado.
De repente alguien comienza a hablar al público con tono afeminado, elevando la voz en demasía para que no sea apagada por el fragor del tren sobre los rieles. Pide solidaridad para hallar a su gato perdido. Otra persona igualmente alza la voz en el otro extremo del vagón que le contesta groseramente y se entabla una discusión áspera que acaba siendo el acto de un troupe de saltinbanquis que actúan a la gorra.
Un conjunto de músicos ofrece tonadas afrobrasileñas, espera en el adén para abordar un tren no tan lleno y ofrecer sus canciones. Para matar el tiempo realizan una exibición de Capoaira.
Arte en los túneles ofrecida en pequeñas dosis, inmejorables oportunidades de practicar la caridad o de aprovechar alguna oferta.
Nuestro viaje finalizará en alguna estación y seremos arrojados de vuelta a la superficie exterior por alguna escalera, mecánica o no.

jueves, junio 07, 2007

Los durmientes

Alberto Panduro - corresponsal en Chaos city - Buenos Aires

Puede ocurrir que uno esté viajando por los subterráneos de la ciudad del caos a toda velocidad, en un tren que salió de la terminal en el centro de la ciudad atestado de pasajeros ansiosos. El coche en el cual viajamos paulatinamente va vaciándose a me dida que se progresa en el recorrido. Puede pasar que en determinado momento solo queden pasajeros sentandos en el coche y que todos ellos, todos, se hallen dormidos salvo quien relata. Esto puede tener notables parecidos con alguna obra del pintos Antonio Berni.

Sin embargo esto no es una pesadilla ni un delirio, en efecto, todos y cada uno de los pasajeros que quedaron en el bagón estaban dormidos o dormitando. Muchos de ellos se balanceaban al ritmo de las imperfecciones de la vía férrea. Otros se habían afirmado mejor volcando su cabeza hacia atrás lo que causaba muecas de bocas abiertas. Muchos apoyan sus cabezan en los pasamanos, algunos emplean sus bolsos o mochilas como almohadas.

Todo lleva a pensar que todas estas personas acunadas en los brazos de morfeo pasarán de largo la estación en donde deben bajar. Sin embargo súbitamente al llegar a una estación, uno o varios de los durmientes se incorpora y camina hasta alguna de las puertas del coche, baja y continúa caminando. Este fenómeno se repite en buses y trenes. Los pasajeros durmientes detectan el lugar del recorrido en donde se encuentran y comienzan a moverse al llegar el momento de descender. No se ha podido determinar si el pasajero en cuestión despertó o se halla en estado de sopor animado. Se trata sin duda de funciones automáticas profundamente implantadas en la mente inconsciente de estas personas que pareceb actuar programáticamente.

Multitudes de gentes automatizadas sacuden el polvo de estas calles diariamente, antes de las 9 y luego de las 18, con rostros compungidos por el dolor de la existencia, las miradas bajas y el paso apretado. Las distancias en la ciduad del caos y sus ciudades satélites son considerables, el conglomerado urbano se extiende mas de 70 kilómetros al sur, y 100 kilómetros al norte. A algunos de los mortales que la habitan les toca en suerte vivir en un extremo del caos y trabajar en el otro. Viajar 2 horas desde el hogar al lugar de trabajo es cosa cotidiana para algunos. De esta forma las perspectivas de vida y tiempo libre son pequeñas y la única forma de hacer lugar para alguna actividad que permita sentirse vivo es quitarle horas al sueño, que luego son recuperas en los coches dormitorio, o los buses dormitorio. Para que todo funcione bien, cada individuo desarrolla la habilidad de caminar dormido, es decir un sonanbulismo autoinducido, de forma de poder dormir mientras se traslada. La rutina es un componente escencial, dado que los recorridos y los horarios deben ser siempre los mismos de forma que esto quede implantado en el inconsciente de cada durmiente.

Se trata de una maquinaria compuesta por miles de piezas cuidadosamente sincronizadas, cada llendo por el mismo camino, a la misma hora, pisando la misma valdoza. Si algo falla, si un tren se atrasa, o un servicio deja de funcionar, el caos sobreviene y la furia estalla. Los durmientes, violentamente despertados se ven empujados a tomar desiciones porque su rutina fué deshecha. Sus rostros sombríos de miradas bajas se encienden e incendian boleterias, apedrean policías y destruyen bagones. Se hace patente el clima tenso y electrizado que precede a la tormenta. El coas vuelve a atravesar la ciudad dejando su estela de tedio y frustración.

Al cabo de unas horas, lentamente los servicios son normalizados y reestablecida la rutina todo vuelve a la normalidad. Los momentos de caos sirven además para la catarsis y los durmientes vuelven a circular en forma automática por la ciudad del caos.

viernes, junio 01, 2007

Basura

Alberto Panduro - corresponsal en Chaos-city Buenos Aires

Transitando por las calles de la parte antigua de la ciudad poblada por oficinas de reparticiones estatales, montículos de basura volcados de los contenedores azules obstruyen veredas y calles, parcialmente. Invariablemente a un costado del montículo se encuentran una o varias personas buscando entre los desperdicios y colocando a un costado en otros montículos elementos de papel, cartón, vidrio o metal. Se trata de los "clasificadores de basura", fenómeno que data de las postrimerías de la década de los 90 en las ciudades argentinas. También se los conoce como "cartoneros" o despectivamente como "cirujas".
La capital del caos no podía estar excenta de este fenómeno que aquí sorprende por la magnitud: el alto de los montículos, la frecuencia con la que se los encuentra y la cantidad de gente trabajando en ellos. Es natural, aquí se encuentran los mejores desperdicios del país y en cantidad, especialmente en la zona burocrática comprendida por las avenidas Independencia, 9 de julio y el río, el microcentro y parte del casco histórico, en donde toneladas de papeles son arrojados a la basura diariamente, ya que la burocracia tiene a este producto como vehículo (las computadoras están para descomponerse o ser objeto de la ignorancia).
Así mismo, zonas como Barrio Norte, Palermo y Recoletta ofrecen la basura mas "paqueta" del país. Personajes como Mirtha Legrand llenan los tachos con emboltorios de maquillaje y cajas de bombones de licor. El contenedor de la cuadra donde vive Charly García por ejemplo (Las Heras y Santa Fé) está siempre lleno de botellas vacías, televisores rotos y amplificadores destruidos, exelentes fuentes de cobre y aluminio.
Nuestros amigos los clasificadores llegan en oleadas al crepúsculos y como un silencioso ejército de hormigas que trabajan hasta pasada la medianoche separando lo que alguna vez fué un lujo y convirtiéndolo en el pan del día para una familia. Muchos de ellos, especialmente niños, llegan mas temprano para vigilar alguna fuente conocida de cartones y evitar que alguien mas se apodere de ellos, o los recolectores de residuos se los lleven. Gentes de todas las edades sin distinción de sexo trabajan en la paciente labor de volcar, revolver, separar, apilar. El producto es prolijamente acomodado en bolsas y transportado en carros tirados por ellos mismos. Los herederos del "botellero" de barrio ni siquiere cuentan con la dignidad de ser hombres de a caballo, la tracción a sangre está prohibida en la capital. Tampoco compran los elementos que acumulan como hacía el botellero, que al grito de ¡El botellero! perturbaba la hora de la siesta y compraba cobre, plomo, aluminio y por supuesto botellas.
Los preciosos restos de la vida moderna de los habitantes de la capital son acumulados en depósitos transitorios hasta que son transportados a los puntos donde los aguardan los 'mayoristas' de la basura: aquellos quienes compran y pagan en el acto los desperdicios ya clasificados, pesándolos y cargándolos en camiones. Suelen estar en esquinas clave como Alsina y Roca.
La retirada del este ejército de trabajadores de la basura sin embargo no daja mas limpia a la ciudad. Recuérdese que la paciente labor consisten en volcar, revolver, separar, apilar, aunque no en volver a juntar. Todo lo que debiera estar dentro de los contenedores yase desparramado en el suelo. En su apuro por acabar su trabajo y regresar a sus hogares que indefectiblemente están situados en zonas periféricas y lejanas, nuestros amigos dejan lo que no les servía en las veredas y las calles. En algunas esquinas, como la de Alsina y Bolivar, ya se han formado basurales, los cuales por definición son endémicos: una vez que quedó un poco de basura acumulada todo aquel que pasa por el lugar arroja sus aportes de desperdicios sin sentir culpa y el montón de porquería se sigue acumulando.Todo esto sin contar la suciedad característica de la ciudad, producto de lo que los transeuntes arrojan despreocupadamente en la vía pública. Una generación de argentinos está creciendo entre los desperdicios de los demás. Millones de compatriotas fueron arrojados literalmente "a la basura" por el sistema económico y social instaurado por el menemismo durante los 90s. Y en la propia basura paradójicamente encontraron su sustento.
Naturalmente la visión de la basura afea la ciudad y molesta a las señoras. Se comprende la situación: se encuentran tomando te con masas y jugando bridge en alguna confitería Pueyrredón y Santa fé y al otro lado del vidrio un niño andrajoso y despeinado revuelve un costal de porquerías, se lleva a la boca un trozo de pan que había dentro, toma lo que le es útil y deja lo que no le sirve en el cordón de la vereda. El hecho de ver a un ser humano alimentándose de basura no conmociona a nadie; el desorden y la mugre en la vía pública sí.
Como era de esperarse, varios de los candidatos a jefe de gobierno de la ciudad para les eleccione a celebrarse el próximo domingo 3 de julio se han hecho eco de la disconformidad de la señoras. Según una publicación on-line "Telerman erradicará a los cartoneros. El jefe de Gobierno porteño y actual candidato aseguró que en caso de ganar los próximos comicios prohibirá la tarea de cartoneo y en ese sentido destacó que impulsará la creación de espacios verdes para encauzar la situación." Nota completa en http://www.elmunicipal.com.ar/despachos.asp?cod_des=4270&ID_Seccion=130. "Erradicará" suena a sacudirse el yugo de un mal, o erradicar una plaga como ratas o langostas. Tal sería el sentimiento que provoca la irrupción del ejército de trabajadores del cartón en la Ciudad-Caos.
Por favor toma nota, oh querido lector, que no se discute como hacer que estas personas obtengan un empleo digno y limpio para que dejen la basura; solo se discute como evitar que sigan perturbando la visual y el olfato a las señoras. Dá igual que existan millones de compatriotas creciendo y alimentándose en la basura, lo que importa es que no molesten. De esa manera las señoras podrás seguir viviendo en su ficción de que Chaos-city es una buena réplica de París o Londres sin pobres ni ratas por doquier.El pragmatismo de los candidatos de jefe de gobierno del distrito de la mejor basura del pais da tanto o mas asco que la misma basura que dicen van combatir. Sería como esconder la mugre debajo de la alfombra, pretender negar lo que es este pais: un pais pobre en donde millones de personas deben sofocar sus necesidades como animales. La mentira en la que quieren continuar viviendo las señoras de Ciudad-Caos se parece mucho a la idea de nuestro querido procer Domingo Sarmiento, quien pensaba "herradicar" al criollo y al nativo americano y reemplazarlo por europeos anglosajones de buen ver, como quien trae a su gallinero media docena de gallinas ponedoras y hace puchero con los pollos olgazanes. Parece que las cosas han cambiado poco en 150 años.

jueves, mayo 17, 2007

Atravesando el caos

Alberto Panduro - corresponsal en Chaos-city Buenos Aires

La noticia publicado anoche en los medios de prensa sobre una abrupta desición de tomar medidas de fuerza por parte de los empleados del Subte porteño fué el presagio asiago de que hoy la cotidiana tarea trasladarse de un punto a otro de la ciudad sería algo mas complicada ...

El caos comenzó a notarse desde temprano, ya a las 8 AM se notaba un incremento la cantidad de automóviles en las calles, la cual ya igualmente es demasiada.
A las 8:40 AM los colectivos circulaban raudos con exceso de pasaje y muchos pasajeros eran dejados de seña en la paradas.
Detener a los trenes subterráneos es como colocar un torniquete en una extremidad de una persona, mas específicamente en el cuello de esa persona.

En la ciudad-caos se vive en una continua sencición de tensión, daría la sensación de que en cualquier momento algo puede estallar. Todos caminan nerviosos mirando de soslayo atentos a la posibilidad de que en cualquier momento nuevamente el caos, ese demonio negro de asfalto y ollín, vuelva a apoderarse de todo. Existe en el inconsciente colectivo una presunción de que alguien hará algo que causará que sea una aventura trasladarse hacia el lugar de trabajo, a la escuela, al hospital. El sindicato tal o cual decide hacer huelga y dejar así sin transporte a miles de personas que corren a colapsar algún medio de transporte alternativo ... 20 personas muñidas de sus respectivas cubiertas viejas y bidones de nafta realizan un piquete cortando alguna arteria fundamental de la ciudad ... los indignados usuarios de algún medio de transporte se violentan y destruyen coches y boleterías ... una piloto de automovilismo frustrado se enrosca contra un columna de alumbrado en la autopista y a los pocos minutos hay kilómetros de embotellamiento. En definitiva, se ha instanlado la sospecha que cualquiera de los que caminan alrededor puede hacer algo que corte la circulación.

Y la aventura que viviremos no será presisamente una aventura de película: colas interminables en las paradas de buses, peleas en las esquinas para tomar un taxi, eternos embotellamientos con coros de bocinas, palazos y gomazos ante la eventual represión policial. Y la consecuencia inevitable: llegar tarde, cansado, con un humor pésimo y la sensación de que no hay vida que vivir.
El sentimiento de que desprotección es abrumador, causa primeramente un acceso de cólera pero luego decae en resignación y la certeza de que nadie puede nada contra el caos. Cualquier grupo medianamente organizado puede a su arbitrio cortar la circulación en cualquier momento, el caos sobrevendrá y nadie hará nada para detenerlo.

Aquellos que tienen la vista en el horizonte ya han resuelto este problema hace tiempo: el presidente de la nación se traslada en helicóptero.

martes, abril 03, 2007

El 10 en su laberinto

Una persona que logró hacerse inmensamente rico, que conquistó la gloria deportiva y puede jactarse de haber 'vengado' las afrentas cometidas a todo un pueblo; alguien que hay conquistado la fama y es recibido en todas las casas, que es admirado y temido, que recibió un don especial. Una persona que teniendo solo 35 años había acomulado sufienciente dinero y experiencias como para dedicarse a una vida sin preocupaciones ni temores, que podía caminar por el mundo a sus anchas.
¿Que necesita una persona así para ser feliz?.
¿Acaso no sería lo que acabo de describir un estado de dicha por excelencia?.
¿Que mas necesita esta persona?. Esta 'persona' cuyos atributos se comparan a los de cualquier dios de la antiguedad; de hecho esta clase de personas eran consideradas dioses por los antiguos.

Y sin embargo esta persona cae en la depresión, se vé embuelto en problemas judiciales, pierde el control y cae en las redes del vicio y los excesos hasta poner en peligro esta vida, aquella que todos anhelan poseer. Esa existencia de dicha se vuelve así un infierno personal. Este hombre que es casi un dios, rico y admirado, cae en los mismos precipicios que el mas humilde linyera que habita en cualquier rincón de nuestras ciudades.

Debemos estar agradecidos con Diego Maradona quien ha entregado su vida a nosotros para que veamos y comprendamos que el honer, el poder y la gloria no sirven para hacer feliz a un hombre.

lunes, marzo 26, 2007

Con el móvil en el trasero

¿Cuanto pagamos por estar comunicados?

Testimonio personal

Hasta el día de hoy no tengo teléfono celular. He observado que yá prácticamente todo el mundo lo tiene. He visto a cartoneros escribiendo mensajes de texto en celulares. Lo que es yó hasta el momento nunca me ví en la necesidad de poseer ese servicio, ya que tengo teléfono de línea en mi hogar y en mi oficina, los dos lugares en donde paso el 90% de mi tiempo. El 10% es el tiempo que paso haciendo algo en lo que no quiero soy interrumpido. Pero bien, las circunstancias han cambiado y ahora veo que uno de esos aparatos me serviría, de manera que comencé a averiguar como funcionan los planes de pago, que clase de aparatos hay y cuanto cuestan, etc.
Hay tres empresas de telefonía celular en Argentina: CTI, Movistar y Personal. Existen dos tipos de planes: prepagos y por abono. El primero requiere que el usuario cargue crédito a su cuenta mediante la compra de tarjetas de valor fijo. El segundo es un crédito limitado que se renueva mensualmente el cual cuando es consumido puede renovarse mediante trajetas prepagas. El crédito se fracciona por minuto.

El proveedor más económico es CTI Móvil; cuesta 87 centavos el minuto con sistema prepago y 42 centavos el minuto con sistema de abono. Si la línea destinataria de la llamada es un teléfono fijo se cobra un adicional. Los SMS cuestan 12 centavos cada uno y permiten una cantidad de letras limitida la cual excedida genera automáticamente un segundo mensaje en donde se envía la información excedente.
Los otros proveedores son mas caros. Personal y Movistar cuentan 97 el minuto con sistema prepago.
Los tres proveedores ofrecen planes de abono de aproximadamente 35 pesos mensuales con los que se puede hablar entre 60 y 80 minutos como máximo, suponiendo que cada minuto sea aprovechado totalmente.
Si tengo un teléfono celular que funciona con sistema prepago y quiero hacer llamadas, el crédito mínimo que puedo tener que es de $10 se consumirá en 10 u 11 minutos. Puedo hacer 10 llamadas de 1 minuto (inverosímil) o puedo hacer 3 llamadas de 3 minutos (mas realista) y mi crédito habrá expirado, siempre que tenga la suerte de que el receptor de mi llamada atienda siempre y no sea redireccionado a una casilla de mensajes, lo cual igualmente consume minutos de aire.
Comparativamente, una llamada con un teléfono móvil, por corta que sea cuesta lo mismo que un alfajor, un paquete de acelga, un viaje en colectivo urbano (al menos en Rosario). Con este esquema podemos arriesgarnos a decir que una persona puede llegar a gastar en un mes mas dinero en alimentar a su teléfono móvil que en alimentar su cuerpo.
Un bien que además de superfluo es caro nos pone ante la perspectiva de un producto suntuario. Un lujo.

Pero si a pesar de todo esto Ud. sigue pensando que mantener un teléfono móvil es un lujo vea estas tarifas. Estos números corresponde a Verizon, una compañía de comunicaciones estadounidense que vende también telefonía móvil; los valores son en dólares estadounidenses y corresponden al sistema por abono (verificar fuente)
El plan más económico en el cual se abonan 40 dólares permite hablar durante 450 minutos. Esto implica que el minuto de aire es pagado 0.08 centavos de dolar, es decir 24 centavos de peso argentino. Esto significa que en argentina pagamos el doble. Pero ete aquí que los estadounidenses tienen salarios promedio de 5000 dólares (15000 pesos argentinos) en tanto que un salario promedio en argentina oscila en los 280 dólares (860 pesos) pesos.

Si tomamos como base el abono de menor costo en cada país los argentinos gastamos el 4% de nuestro ingreso en telefonía móvil en tanto que a nuestros primos del norte solamente les insume 0.8 % de su salario. Verdaderamente es un lujo.

Por otro lado, ¿cuántas de las personas que utilizan este servicio realmente lo necesita?. Probablemente muy pocos, la necesidad de estar 24 diarias conectado a una red de comunicación telefónica sin límite de espacio físico podría ser creible para Batman o el presidente de la nación, tal vez un viajante o un policía. El resto de los mortales nos podemos arreglar tranquilamente con un teléfono de línea común y el un contestador. ¿Es así realmente?

Gerardo y el 'celu'
Según se ve en la publicidad del proveedor de telefonía móvil Movistar, Gerardo en un 'pibe' que está como detenido en el tiempo, que está totalmente fuera de 'onda', vive en una casa con muebles viejos, dice 'la pucha', colecciona cosas, le falta nomás jugar a las bochas. En definitiva Gerardo es presentado como una persona con problemas, alguien que no puede acoplarse a los tiempos que corren; no se le ven amigos ni novias en el publicidad, es un tipo marginal, alguien que ha quedado fuera.
Y la solución para Gerardo en un teléfono móvil con servicio Movistar. De esa manera va a estar en 'onda', seguramente va a dejar de tener aspcto de bobo y va a comenzar a actuar como los chicos de la foto de arriba. Descifrando el mensaje, cuando Gerardo tenga Movistar va a ser un tipo mas 'cool', va a tener amigos, chicas y va a pasar a formar parte de la sociedad.
Groseramente se puede decir que esto es lo que nos quieren vender con la publicidad: para ser alguien hay que tener un teléfono móvil y que sea de Movistar, quien no lo tenga será como Gerardo.
Es evidente que el teléfono móvil no solo es un objeto suntiario sino que además es imagen, un objeto de consumo. El aparato debe ser llevado en un lugar visible, colgado del cinto.
Pero bueno, ahora Gerardo tiene teléfono móvil y ya es un 'langa'.

Y como era antes?
En definitiva, el argentino de hoy no puede ser sin teléfono móvil. ¿Como era la vida antes del teléfono móvil?. Ya nadie tiene memoria de esos tiempos oscuros.
Recuerdo cuando era niño (década del 80), la casa de mi abuela era una de las pocas en el barrio con línea de teléfono. Eso implicaba dos cosas: si un vecino necesitaba hacer uso del teléfono era debido permitirle hacerlo (y no se le cobraba, ¡Como se te ocurre!); si alguien llamaba a la casa de mi abuela y dejaba un mensaje para un vecino, era debido entregarlo. Había una vecina que vivía a dos cuadras y que venía varias veces por semana a usar el teléfono ('la Santina' cuya hija era muy hermosa).
Luego con la década del 90 llegaron las privatizaciones y los teléfonos estubieros disponibles para todos (todos aquellos que pudieran pagarlo).

Oferta vs. Demanda
En definitiva la precariedad en las comunicaciones era hasta hace tal vez 15 o 20 años algo normal y aceptable. Hoy en día no es normal ni aceptable que alguien no tenga teléfono móvil. Podemos hacer una larga lista de caso similares. El problema parece ser que una vez que nos hacemos dependientes de alguna innovación tecnológica, la vida ya no nos es aceptable sin ella. Esto naturalmente influye en el precio que somos capaces de pagar por poseer y usar estas facilidades. Puntualmente, como hemos analizado en la primera parte de esta nota, estamos pagando precios exorbitantes por el servicio de teléfono móvil. ¿A que se debe esto?. Por un lado el servicio deja bastante que desear y los precios son altos, pero la venta de nuevas líneas y apartados no hace mas que crecer mes a mes: según un artículo del diario Clarín que data de junio de 2006

  • ya hay en el país 24,5 millones de líneas
  • un 55% más que en marzo de 2005
  • el consumo en ese período fue un 39% mayor.
  • en 2005 se importaron más de 12 millones de celulares
  • proyectan que llegarán este año (2006) igual cantidad, o más.
Con estos números, ¿Que prestador de servicios de telefonía móvil se preocupará por tener precios competitivos o mejorar sus prestaciones?. El prestador vende un servicio caro y malo, pero el usuario no hace mas que comprar más y más lo cual le dá la pauta al prestador de que no debe concentrarse en ser mas competitivo, sino en ver como hacer para arrebatar alguna porción del mercado a sus competidores, quienes están haciendo exactamente lo mismo.
Creo que en este caso, la responsabilidad es del usuario que no hace valer sus derechos y no utiliza su peso en masa. Se debería al menos parar de consumir este servicio por un tiempo para que los prestadores presten atención. Ha habido ya varios magros intentos de articular protestas de usuarios como por ejemplo 'apague su teléfono durante una hora tal día a tal hora'. Pero este tipo de protestar no tienen eco en el usuario, y natualmente ningún medio de comunicación se ocupa de publicarla, ya que las pautas publicitarias de las empresas de telefonía móvil dejan muy buenas ganancias. De cualquier forma, a nadie se le ocurre individualmente pensar en que tiene que evitar consumir el servicio porque es demasiado caro, y al fin y al cabo no es tan importante. El problema es que todos nos sentimos un poco 'Gerardo' si no usamos teléfono celular.

lunes, marzo 12, 2007

Informe

Sgto. Morón, enviado especial a la zona del conflicto

Patrullábamos el cuadrante oeste y todo indicaba que el día iva a ser normal, sin sobresaltos. Nuestro transfer avanzaba por lo que queda de la calzada en la zona que alguna vez fué un barrio residencial de gran alcurnia, hoy reducido a escombros.
Mi compañeros hacían bromas, el ambiente era relajado. Creo que lo relajado fué el problema, ya que el centinela que iva en la burbuja artillada de metalglass en la cúspide del transfer evidentemente no vió cuando de ambos lados de la calzada tras las montañas de escombros comenzaron a correr hacia nosotros miles de Billikens que hasta el momento no habían hecho señal de vida alguna.
Para cuando el vigía dió la alarma ya era demasiado tarde y él fué el primero en pagar por su ineptitud, ya que un cohete estalló en la burbuja reduciéndolo a una maza de carne sanguinolienta. Otros cohetes comenzaron a estallar en los flancos del transfer pero no se habrieron brechas inmediatamente dado que estos están bien reforzados y blindados. Sin embargo, si seguían disparando a ese ritmo conseguirían abrir una agujero por fundición del metal. Mientras, los billikens comenzaron a arrojar bombas de gas por la burbuja y el interior del transfer comenzó a llenarse de gas cereza. La mayoría de los muchachos no consiguió colocarse la máscara a tiempo; en pocos segundos estaban muriendo en el piso del transferer entre espantosas combulsiones y móvitos de sangre.
Solo yo y el cabo Romualdo conseguimos seguir en pié empuñando los fusiles pero ya no teníamos capacidad de respuesta. Desesperado, romualdo se presipitó a la cabina y luego de quitar al algonizante piloto de su asinto a empellones y patadas logró hacerse con el comando del transfer. Lo que hizo fué tal vez peor ya que aceleró hacia adelante el transfer para escapar y esto hizo que yo fuera despedido hacia la parte tracera sufriendo contusiones importantes aunque consiguiendo continuar consciente. A poco de avanzar toda la parte delantera del transfer voló en pedazos con Romualdo incluido, seguramente a causa de alguna mina enterrada en la calzada que el rastreador del transfer lógicamente no pudo detectar a tiempo debido a la velocidad a la que avanzábamos.
Yo quedé sepuldado bajo un montón de chatarra candente y escombros en la parte trasera del vehículo que fué lo único que quedó. En menos de 10 segundos toda la patrulla fué despedazada. Conseguí sobrevivir merced del traje de combate que me protegió del calor y las esquirlas. Cuando hubo secado el alboroto y los billikes se hubieron retirado nuevamente a sus agujeros a festejar la victoria salí de escondite y regresé a pié arrastrándome entre los escombros.

Este momento me hallo hospitalizado en el hospital militar y si me he apresurado a redactar este informe a sido porque considero que es necesario reelaborar urgentemente las tácticas de control de las zonas periféricas. Necesitamos cambiar ya que los billikens, primitivos y sucios como son, sí están evolucinando y perfeccionando sus tácticas de guerrilla. Es evidente que los bombardeos con napalm ya no tienen efecto dado que el enemigo no hace mas que acrecentar su número. Las próximas patrullas podrían correr la misma suerte y en cualquier caso, vigilar ese cuadrante no nos ha reportado beneficios ya que los ataques a la zonas pobladas no han disminuido. Por otro lado aún no hemos podido saber de donde obtienen los billikens los cohetes que utilizan y que evidentemente ellos mismos no son capaces de manufacturar.

Estaré a vuestra disposición en cuanto reciba el alta.
Saluda atte.
Sargento Morón